Desde que estuve en contacto con la psiquiatría, la psicología y particularmente la paleta inmensa de movimientos espirituales, religiosos o esotéricos, he encontrado de todo, pero prácticamente nunca encontré que la gente se ocupa de fundamentar con la máxima coherencia aquello que afirman.
La MDS no afirma sin fundamentación. Esto suena duro para quienes aman "la magia de creer" a partir del afecto que sienten hacia quienes dicen algo que suena importante. La referencia de la Medicina de Sistemas se busca en la máxima coherencia.
Te puedo asegurar que hasta ahora nunca encontré una fundamentación coherente y reproducible que pueda dividir en etapas de 7 años. Si vas comparando las afirmaciones que surgen de cálculos astrologicos con la numerologia, el eneagrama, las enseñanzas tradicionales chinas, las explicaciones en las que se basa la medicina ayurveda, argumentos de la macrobiótica, además de adicionarle las mútiples opiniones en internet (a lo sumo fundamentadas en una simple simbologia o en cálculos básicos), te darás cuenta que se trata de querer estandardizar algo que no tiene estándar, y que se contradicen entre sí. A nivel científico, que es lo que más me atrae, no pude encontrar tampoco pruebas estadísticas de un múltiple que se reproduzca en diversas culturas. (acaso me interesa siempre enterarme de ustedes si encuentran informaciones bien fundamentadas)
Lo que sí puedo decir resumiendo es que hay etapas, que estas etapas tienen una cierta tendencia (estadística) en su duración, y una cierta lógica en su sucesión, pero que ellas dependen muchísimo de la conciencia de libertad y del pacto de crecimiento evolutivo de cada uno!
Si no fuese así, sería aceptar que somos condenados a seguir ritmos definidos por el exterior, como los astrológicos de nuestro "minúsculo e insignificante" sistema solar (visto desde cualquier punto del espacio) o como las tradiciones de una cierta etnia, etc...
Dedicarse a generalizar ritmos como si fuesen válidos para todos es una manera de negar nuestra libertad de albedrío. ¿Quizás una manera sumamente cómoda de inventarnos excusas para no cumplir con nuestras metas de cambio evolutivo?
Luego de esta introducción, podemos verlo con otros ojos: Es obvio que el mayor miedo del niño es perder sus padres, ya que lo asocia con el fin de su capacidad de sobrevivir y el fin de los afectos. en qué edad saldrá de la niñez? con 12, porque la guerra mató a sus parientes? con 22 porque tiene que ir a trabajar en África del Sur? con 34 al recuperarse de un accidente de moto? con 51 luego de un infarto? o con 63, porque sus padres que lo malcriaron sufren de Alzheimer y él tiene que gerenciar sus bienes?
Así que, en vez de darte una escala de cifras estándar que no te servirán nunca para eliminar los miedos de verdad, y te reduciría a un títere de las estadísticas, o una adicta de opinión ajena, te dejo estas reflexiones para pensar.
En la selva de informaciones que recibimos, solemos recibir mucha NO-información, es decir conceptos que (quizás) habrán servido a otro en su momento, pero que no son relevantes para los pasos evolutivos de uno. O peor: que inhiben nuestra conciencia de libertad frente a los desafíos evolutivos que nos toca vivir.
La Medicina de Sistemas fomenta lo esencial: Aquello que realmente podrás usar para liberarte de las ataduras anti-evolutivas y de todo lo que puedas reconocer que repela la prosperidad de la vida. También me ocupo de filtrar la información según su real utilidad, su aplicabilidad en la vida. La asociación de ciertos tipos (manifestaciones) de miedo con elementos puede ser interesante, pero no contribuye mucho en poder eliminar un miedo. Pero comprender las raíces de nuestros miedos, y aprender a posicionarnos correctamente frente a esas raíces, es sumamente útil y cambia nuestra vida de modo inmediato.
Tu vida ES próspera, por esencia, pero la mente, con sus experiencias previas, le pone tantas barreras, que logra convencerse a si misma que no es así. El aprendizaje de la prosperidad va conjunto con la doma de esta "reina de los impedimentos", convirtiendo la mente en un leal servidor de tu esencia.
