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¿por qué los jóvenes se suicidan?

Categoría: Espiritualidad hace 7 años
yanina ivana bournissent
Pregunta hecha hace 7 años

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La vida siempre busca la vida. Es como el agua, que siempre termina encontrando una manera de fluir.

Estos jóvenes que quitan la vida de su cuerpo no lo hacen por un impulso de muerte, sino de vida, como única y última alternativa de supervivencia (al revés!) que están viendo a final de una larga lucha frustrada: querer logar sentirse vivos y felices. Ser sí mismo, sentirse valorado, integrado, reconocido, escuchado, útil, o sentir que su simple presencia era parte preciosa de un entorno pro-activo. Esto es lo que pidieron, pero no supieron como o no hemos sabido como darselo.

Esto nos lleva a pensar sobre nuestra capacidad de inclusión, de crecimiento, de resolución, como sociedad, como padre, como madre, como vecino, como amigo.

Qué mejor momento que en medio de este dolor para recalcular nuestras prioridades? Qué hemos contribuido, y con qué parte dañina seguimos contribuyendo para que estas cosas pasen, y seguirán pasando?

No, no se trata de buscar culpa. Se trata de saber vivir. Un joven que está creciendo en medio de una sociedad que no sabe vivir pierde la fe en el sentido de la vida.

¿En qué momento nos hemos vuelto tan ciegos y alejados de la vida? La mayoría de la gente hace como si viviera, mediante consumo extenso, siguiendo el hilo de la moda, del marketing "smart" y de las promociones de tarjetas, apetecida por las ofertas con caducidad programada, mientras que se queda carente de casi todas las referencias verdaderas. Consumistas cortoplacistas de cantidades y de nuevas sensaciones de vida, todo tiene que ser "Ya", vacío, a crédito por supuesto, sin valor que se vincule a una historia de crecimiento, y tiene que ser grande, mucho, y en búsqueda de apariencias, glamour, con apariencias de joventud y de buena onda. La cirugía plástica florece a la par de la no-aceptación de los valores del tiempo. Lo verdadero y duradero es "retro", es de los viejos tiempos lo de reparar las cosas y cuidar los valores existentes, estamos en la era del descartable, desde las joyas hasta las parejas. 

Pero en verdad seguimos en la edad media con nuestra mente, encarcelados en prejuicios, mandatos familiares y sociales, posponiendo la vida hasta que ella misma no da para más.

Con la pubertad uno se va chocando con la "doble moral" que se ha infiltrado en todo, ya sea de la marihuana que casi todos han probado pero que es prohibida, del pezón pixelizado para no mostrar una foto "indecente", del policia que no puede tocar al ladrón sin arriesgar la cárcel, del sacerdote abusador, del politico que miente, del médico que busca negocio, del abogado que cuida el conflicto como fuente de ingreso, de la ley que se usa en contra del sentido común, de la escuela que aburre, o peor que destruye la ganas de aprender, del deporte que fomenta las cuentas en negro y la violencia, del psicologo que usa su cliente para resolver problemas propios, del ecologista que proyecta su ira en supuesta defensa de la naturaleza, del espiritualista que prefiere soñar de otra sociedad que de construir una, del medio de comunicación que facilita...la no-comunicación, del voto que no puede ser electrónico por supuesto peligro de fraude... y muchos ejemplos más que me quedan por ahora en la maleta.

Seamos sinceros: Hasta estos famosos "días del" (niño, amigo, padre, etc) están de alguna manera hechos para la venta, y se aprovechan de los sentimientos que sentimos para nuestros seres queridos para hacer negocio. Y qué tal aquellos que se hacen los religiosos en el periodo de navedad, que en verdad se ha transformado en nada más que una orgia de deberes, viajes, comida, LEDs simil velas, compras, ventas y regalos made in china...  Luego de la decepción de que no existe el Papa Noel, les hacemos sentir algo mucho más tenebroso: que estamos haciendo rituales solo para cumplir con reglas impuestas, pero sin haber aprendido a darles un contenido real y personal. 

En medio de este juego de apariencias, cuanto más inteligente, más decepcionado será un joven que no puede rescatar ni un poco de utilidad o de sentido en medio de su búsqueda de valor frustrada. Está bañando en nuestra sombra, porque no la barremos nosotros. Tanta sombra que se pierde el sol.

Durante años, este joven jugará el juego, con el secreto anhelo de encontrar otra cosa mejor. Habrá probado las cosas permitidas, luego quizás las cosas prohibidas, pero sin encontrar nunca lo más importante: la percepción de su SER verdadero, y de la importancia de su presencia dentro del entorno que le toca vivir.

De hecho, buscar sin descanso agota. Las drogas simulan un escape, y no son más que otro (auto-)engaño, que sale demasiado caro. No hay diferencia entre consumismo (de material), excesos (de cualquier naturaleza) y drogas: son todos vias de escape sin salida, como aquellas de la tragedia de Cromañón en 2004. 

El agotamiento del "no encontrar" es una condena que tiene sus consecuencias: la producción de neurohormonas vinculadas al placer de vivir se hace cada vez más escasa. A la desorientación se suma el bajón anímico, este que nos hace sentir que todo está igual. Primero se va la alegria, y luego se va hasta el miedo por lo que podría pasar... Vivir dentro de este cuerpo y de su mente se vuelve sombrio, estrecho, pesado, lugubre. Y sin darse cuenta, el joven se va acercando a la ganas de abrir la puerta hacia éste lugar (¿idealizado?) del que se supone que nadie jamás regresa. Al menos en éste cuerpo de adulto.

En el fondo, jugar con esta puerta es nada menos que una desesperada búsqueda de vivir bajo circunsancias de agotamiento metabólico. 

Qué bofetada fatal para nuestra coherencia como sociedad que se quiere creer moderna. No supimos darle al chico un lugar de utilidad tan sagrada, con una identidad tan firme, que hubiera querido quedarse con gusto, ya sea para devolver a otros aquello que hubiera recibido. En cambio hemos dado burla, bullying, maltrato familiar, descalificación, hostigamiento, hemos pospuesto las soluciones, hemos juzgado aquel día en el que lo vimos masturbarse, hemos callado la verdad, o separado a aquellos que se amaban apasionadamente porque no estaban ni casados ni de familia conveniente, hemos prohibido que realice sus sueños, hemos abusado de su bondad, reído de sus debilidades, impedido que aprenda una profesión soñada, o quizas malcriado, haciendole (sin querer) sentirse un perfecto inútil en posición de Diva. Quizás hemos hecho la vista gorda frente a un maltrato obvio, o pospuesto un expediente judicial durante diez o veinte años mientras que este joven o su familia llegue a un "fallo" que aparenta ser justo... 

Esto es: si tanto nos dificulta crear un solo grupo alegre profundo y constructivo sin que este preso en dogmas, si tanto nos cuesta rever nuestras posiciones rígidas o equivocadas que terminamos matando nuestra propia creatividad como sociedad, si la política se ocupa más de impedir o destruir lo que el otro partido hace que del bien común perdido... buscamos excusas. Buscamos justificar que este pobre joven no pude con la vida. Algunas lenguas cínicas hasta condenan su suicidio como un pecado que le debería costar como mínimo una buena eternidad...

Después de este resumen, ¿alguien todavía tiene dificultad para entender a este jovencito frente a tanta violencia contra la vida? El estaba aqui para vivir, pero en su momento lo habiamos olvidado. Es cuando uno se va, que uno pasa a ser inolvidable. De repente extrañamos a aquello que fue, y antes ni lo veíamos. El tren pasó. ¿Cuantas personas están en frente tuyo y no las ves más allá del fastidio y de las cosas del día a día? Acaso, ¿te ves a ti mismo(a)? Los valores que uno no suele reconocer, sino criticar en uno mismo, nunca los vamos a reconocer en otros, sino solo proyectar. 

La Medicina de Sistemas es bien el contrario de todo lo anterior. No juzgamos, no buscamos cumplir con los rituales vacíos, sino que buscamos llenar de contenido cada instante, cada acción, cada interacción social, para que sea capaz de sanar, de integrar, de solucionar sin demora. Y el mayor desafío es de hacerlo desde el libre albedrío, con disciplina propia, para que nunca se pueda convertir en una cosa sectaria, resguardando la frescura de los mejores ejemplos de amor y de salud que nos está dando la vida.

No se trata de hacer todo perfecto, sino de empezar con hacer algo, y de hacerlo bien. Los jóvenes necesitan tener un ejemplo, del que puede agarrarse su ánimo, y al lado del que puedan recuperar la fe: por ver que existe al menos algunos que salen del patrón, y que saben ser humano en el sentido más bello.

Hay de alguna manera "una vida después del suicidio": No podremos salvar la vida física de quienes nos dejaron. Esto no. Pero la vida es más que un paso en un cuerpo físico. Podemos convertir este mensaje de búsqueda de vida de éste joven en un verdadero compromiso nuestro: El compromiso de aprender a vivir, y de enseñarlo a través del ejemplo coherente, siendo referente de esos valores que sanan. Seamos los abanderados de esta vida después de un ser que tuvo que irse, porque no soportó nuestras incoherencias. Pues, de alguna manera, concretar este compromiso es celebrar y prolongar la vida de quien se fue a través de nosotros, para que se rescate la dignidad del SER, y se cultive en otros, y en nuevas generaciones. 

Y qué bueno sería que ellos logren superarnos.

 

Jean Niklaus, Agosto de 2017

 

 

 

(p.s. para corroborar lo escrito arriba, Veamos un extracto de los títulos de noticia del día de hoy, y solo de hoy:
“¿como se prepara a un niño para un trabajo que aún no existe?”“un hombre se arrojó desde el puente de la Mujer”. “murió una actriz durante el rodaje de su película”. “Las tendencias de moda para ellos”. “Ricardo Jaime procesado por su lujoso yate de una millón de dólares”. "La fiesta de Bolt con mujeres y alcohol". ”Abusos y una sotana: las aberrantes palabras que un sacerdote pedófilo le decía a sus víctimas”. “la carta de Valentina (10) al juez Williams por no ayudarla frente al abuso”. “Culto al suicidio en Instagram: cinco adolescentes planeaban matarse esta semana”... etc.  Mucho morbo. Sin embargo ¿seguiremos negando nuestra participación?)

Jean Niklaus (2)
Respondido hace 7 años
Jean Niklaus (2)

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